domingo, 13 de marzo de 2016

"Bienvenida mochilera"

Pensar en pasar la frontera Ecuador - Perú era algo que me atormentaba, leí muchos blogs de viajeros y ninguno hablaba bien del lugar, de hecho navegando en internet hasta llegue a leer que es una de las fronteras mas peligrosas del mundo, y en Ecuador una amiga entrañable pero que con los años se fuè volviendo lejana,  a quièn visité  el  último día en Quito me definió la frontera de la siguiente manera : " allí te sientes como un pedazo de mierda y los demás son las moscas revoloteando alrededor" y lo pensé tanto, sobre todo porque mi vieja tiene una forma particular de demostrar miedo cuando esta en la calle y se siente amenazada, simplemente señala a quièn para ella es un ladròn y casì que huye mas ràpido que Usain Bolt, lo que hace que llame mucho màs la atenciòn corriendo de un lado para otro,  así que para estar tranquilas y evitar malos momentos, decidí pasar por Macará - La Balsa, una frontera al sur oriente ecuatoriano. Son 750 kilómetros desde Quito y 12 horas de viaje, se recorre parte de la Troncal de la Sierra,  atraviesa varias provincias del Ecuador y  el paisaje es hermoso,  desde unos cuantos km antes de llegar a destino disfrutamos un amanecer en lo que sería la Cordillera Silván, es  como un contrafuerte de la cordillera oriental de los andes. Este pueblo fronterizo,  es muy tranquilo, las personas viven sin apuro, el dìa recièn comienza, y dos extranjeras pèrdidas hacen que las miradas se dirijan hacia ellas, el anciano que conversaba y tomaba cafè con otro, dejò todo para acompañarnos al taxi y asegurarse que nos cobren lo justo,  varias veces  suben el precio solo al escuchar nuestro acento. Del lado peruano la vida igual camina lento, por eso el funcionario encargado de poner un sello en nuestros pasaportes tardò media hora, por suerte para èl solo èramos tres personas, el resto son taxistas  del lado peruano esperando pasajeros,  
Mi idea era seguir viaje por la sierra, por la montaña, pero esa era mi idea, y el destino  nos tenía otro plan, pues desde allí si o si hay que  ir a la costa para ir a la sierra y  luego volver de nuevo alguna ciudad grande costera  para volver a la sierra, es decir  carretera para seguir por la sierra dicen que no hay, y pregunte  en la frontera, en las terminales, en información turística y nada de nada, así que de la frontera fuimos a  Ayabaca, de allì  a Piura, capital de la provincia que lleva el  mismo nombre, y después de un viaje de 12 horas hasta la frontera, 40 minutos hasta Ayabaca y 3 horas hasta Piura, solo quedaba descansar en esta ciudad, que de entrada era un caos, aqui  nuestro camino se uniò con  la panamericana, y en la mayorìa de ciudades o pueblos de Perú no hay terminal de transporte, cada empresa tiene su lugar de cargue y descargue, y  son muchas empresas y aquì en Pirura están todas  sobre esta vía. Y como ya no había plan pues sòlo dejar  fluir todo. Al bajar de la flota nos subimos en el primer  mototaxi que vimos y resulto ser el peruano mas amable de Piura, quién nos llevo a un buen hotel, buen precio y la verdad que a esta altura del viaje una simple cama caìa bien,  después de una larga mañana y almorzando a lo peruano, tomando leche de tigre, una sopa de pescado que no fué de mi gusto, pero mi mamá se tomo tres, le di la bienvenida a mi vieja a la verdadera mochilera, ahora sí se venía lo bueno le decía yo, y con tantas sorpresas diarias, nada de lo que planeo sale, así que deje  tomarme el tiempo para planear y simplemente decidir en último momento. 
Nos quedamos solo una noche, y viajaríamos a Chimbote a la noche del siguiente día, así que aprovechamos para ir a la playa, y  haciendo encuestas a los lugareños  y hasta en i- Perú  la oficina de información turística a todo nivel nos hablaron de este lugar, nos dijeron que las mejores playas del lugar estaban en Colán, a 45 minutos de Piura, entrando al pueblo hay varias empresas  que fabrican concentrado para animales, varias fábricas de gaseosas, de aceites y el olor era insoportable, hasta que ya dejas de sentirlo, no sè si porque pierdes el sentido del olfato o ya te acostumbras, pero respire tranquila cuando  vi que ya faltaba menos para mojar nuestros  pies en las aguas del pacifico, y la verdad  es que nuestras sonrisas se fueron desdibujando lentamente, pero había que disfrutarlo igual... playas en este lugar no hay, porque hay una larga hilera de casas construidas ya sobre el mar,  y para no tener problemas con la marea pues son construcciones altas, y alrededor de los apoyos de madera colocan un enrejado,  para que las familias que van allí no  "invadan" este espacio debajo de sus casas, pero no sabemos que era mas triste si ver las construcciones ya sobre el mar, el enrejado en su mayoría roto, o ver las familias completas   buscando un lugar allí para descansar del sol,  almorzar y por supuesto dejar toda la basura allí, basura que luego se lleva el mar!!! 

Después de   nuestro dìa de playa viajamos a Chimbote, capital de la provincia de Santa para de allí salir rumbo a nuestro destino mas deseado, Ancash, cuya capital es Huaraz. La estadía en esta ciudad fue patrocinada por mi hermano Oscar, y  no sobra un agradecimiento más: gracias hermano!!!! 
Huaraz está a los 3052 m.s.n.m.  y es denominada como la "suiza latinoamericana", y su nombre en quechua significa  "amanecer",  está ubicada en el centro del Callejón de Huaylas, ya que por el lado este se encuentra la cordillera blanca, o la cordillera de nieves perpetuas (es muy iluso decirlo así) con cumbres que sobrepasan los 5000 msnm, por el oeste se encuentra la cordillera negra sin glaciares y de lomadas formadas por piedras volcánicas. Desde la ventana de nuestra habitación y con un día despejado podíamos ver una de estas cumbres nevadas, claro, este tipo de hospedaje esta pensado en turismo europeo, y si no es por mi hermano no hubiésemos disfrutado de esta vista  mañana y tarde. 

La ciudad es  moderna y con esto no me refiero a altos edificios,  ni   grandes vías, etc, no, es porque la ciudad fué  reconstruida en su totalidad gracias al terremoto que  seguido provocó el desprendimiento de hielo y rocas del nevado Huascarán en el año 1970,  los sobrevivientes dicen que el aluvión tardo 3 minutos en llegar a la ciudad,  y el ruido era ensordecedor pero nadie entendía que estaba pasando,  este hecho se recuerda en  un mural en la casa de cultura frente a la plaza principal de la ciudad, y debe ser por todo este dolor a cuestas que cargan, o por ser de la sierra, o porque el sol te calienta los pies despuès de noches muy frìas, o porque las mujeres  llevan la vida a sus espaldas envuelta en aguayos de colores, y de vez en cuando asoma una mano pequeña para saludar; que  los huaracinos  te hacen amar su lugar, y a ellos, te sonrièn con los ojos,  te hablan pausado, te miran cuando les hablas  se toman su tiempo para explicar y se despìden con dos besos,  te invitan a compartir su mesa, y sin preguntar te cuentan su vida con todo lo bello y lo duro que trae. 

Muy entusiastas nosotras  decidìmos hacer el primer recorrido por  los pueblos que componen el callejòn de huaylas  por nuestra cuenta, iniciamos  por  Carash; en toda la zona de Ancash se desarrol el imperio Chavìn, cultura pre-incaica, asì que se encuentran zonas arqueològicas cada tanto,  y en el Museo municipal se puede ver una gran colecciòn de ceràmicas, vasijas, textiles que fueron donados por los pobladores ya que anteriormente hacian excavaciones ilegales  y se llevaban todo para vender a coleccionistas privados, o simplemente quedarse con ellos, tanto asì que a una cuadra del museo, un poblador originario de la zona construyò su casa y en el frente colocò dos cabezas clavas  de la cultura Chavìn, las que desenterrò en una de estas excavaciones, y dicen que estas no se van a recuperar 

Continuando màs al norte, tomamos el  colectivo para  Huallanca, para llegar allì se toma un camino que fuè construido en 1920, cuando se  iniciò la hidroelèctrica, es una camino sinuoso, donde sólo pasa un auto, se atraviesan 35 tùneles y cada vez que se entra a uno el conductor va tocando bocina avisando que va, si se encuentran dos autos uno debe retroceder  hasta encontrar un medio espacio. Antes de llegar a la poblaciòn esta el cañon del pato, la verdad que la vista es espectacular, con un poco de miedo ibamos pero fuìmos, al lado pero metros abajo corre el rio Santa, es este rìo el que en esta zona separa la cordillera blanca de la negra, y todo este camino viendo este paisaje extraño, con miedo, con adrenalina, viendo la fuerza del rìo y pensando que si el auto cae no queda pero nada entre la caìda por el barranco y la fuerza con la que baja el rìo.... y todo esto para terminar en el pueblo màs feo del mundo, y este pueblo es comparable con Km 88 en Venezuela, un lugar   en el no se sabe que es peor, si el paisaje natural o el paisaje humano,  en la mitad de este pueblo sentì MIEDO,   no habìa dònde tomar un cafè, en las esquinas las  mujeres hablando bajo y miràndonos, asì que decidimos emprender la huìda, pero el enviòn duro poco, porque habìa que esperar que subiera colectivo de la siguiente poblaciòn, que segùn escuche era peor que la que estabàmos pisando en ese momento, y asi esperamos casi hora y media, hasta que uno del mismo pueblo grito "Carash", pero que sòlo sale con mìnimo 8 pasajeros, y asì esperamos 40 minutos màs,  hasta que se acerco para decir que nos llevaba pero el precio del pasaje era de 20 soles por cada una, cuando el pasaje cuesta 7 soles normalmente,   y como me parecìa un  robo, pregunto a la ùnica  mujer que subiò al colectivo si no pasarìa nada màs de autos, y dice que talvez si talvez no, y sin  querer pagar al conductor ladròn, mirò para los lados y la mujer me dice :"va tener que pagarle como sea, porque le cobra un poco màs por llevarla pero èl es el dueño del ùnico hotel del lugar!!!!"  Asì que no queda mas remedio que acceder,   èl argumentaba que  a esa hora ya nadie màs subìa al otro pueblo asì que iba sòlo por nosotras (tan amable!), pero nuestra sorpresa cuando en el camino el colectivo finalmente terminò lleno, es decir que si  la gente sale a esperar el colectivo a esta hora es porque si pasan hasta màs tarde, asì que al llegar al destino final pagamos lo justo, los 7 soles por cada una, menos mal que mi mamà estaba al lado mìo porque el conductor me la nombro varias veces!!

Volvìmos  a Huaràz con màs hambre que el chavo y devoramos las exquisiteces del restaurante "Huancaino"!!!   

viernes, 11 de marzo de 2016

Un poquito de selva

A Tena llegamos gracias a mi tía, quién nos contactó con la familia Tapuyanda: Pablo y Marcela, su hija Keyla, Alcira abuela de Keyla y madre de Marcela, las mujeres de la casa son colombianas y Pablo es el ùnico ecuatoriano en casa por esos dìas, todos ellos son misioneros cristianos en una comunidad de este pueblo-ciudad de la amazonía ecuatoriana, me gustaba la idea de ir a la puerta de la selva, pero con  un poco de pereza imaginándome que sería una familia intensa con el tema cristiano, o que estarían gran parte del día haciéndome ver lo "pecadora" que soy segùn su estilo de vida, y todo muy lejos de ser así, pero sì me sorprendió el último día de nuestra estancia allí cuando Marcela me dejó muy claro que para ella " Todos somos creación de Dios pero no todos somos hermanos, así que nosotras no somos hermanas", yo hasta ese momento y a pesar de que pensamos muy diferente la sentía mi hermana, y sigo sintiéndolos muy cercanos con todo y nuestras diferencias.

Después de cinco horas de viaje  llegamos a la entrada a la selva,  y al bajar de la flota lo primero que me dije : mmmm... dos días y nos vamos!!!!!  Mi primera impresión fué de una ciudad fronteriza, el movimiento de tantas camionetas, un olor nauseabundo, todos los autos que pasaban tocaban bocina -es la forma de anunciar que son taxis-   un calor húmedo y nosotras veníamos viendo durante el viaje de cinco horas que dura el trayecto, paisajes increíbles mientras bajábamos de los 2850 msnm a los 510 msnm, pero con el paso de los días mi ojo descubrió otras formas de ver  y sentir este pueblo-ciudad de 23 mil habitantes y por eso nos quedamos una semana en una de las tantas comunidades alrededor de la población.

El primer lugar que nos recomendaron fué Misahualli, está a 20 km de Tena,  hace parte de la selva alta y uno de los lugares con más biodiversidad por metro cuadrado. Misahualli es puerto del caudaloso Río Nápo con su  balneario de arena blanca, y famoso  por el parque de monos capuchinos. Y sí, es todo esto Misahualli, pero allí no tenemos rostro los extranjeros, tenemos todos el signo dólar plantado en la cara, y como todo lo que tiene luz tiene sombra, pues este lugar no es la excepción, a los monos del parque es triste verlos en el estado en que están, a pesar de estar tan acostumbrados al movimiento del lugar, nadie los lleva a curarles las heridas ya que son frecuentes las peleas con perros y gatos que llegan al parque. Tomar una balsa para navegar unos 60 kilómetros hasta el centro bótanico y luego visitar una comunidad cuesta 40 dólares, así que esperamos a varios más para pagar entre todos. El centro bótanico no tiene nada especial, y la comunidad no te deja pasar de la entrada si no se paga por alguna de sus ofertas: $10 por verlos bailar, $5 por una "limpia" con el chamán, $5 por subir a la casa en el árbol y como no tomamos ninguna de las anteriores pues  de regreso  a la balsa y sonreírle al mala onda que  la conducìa  para que nos lleve sanos a la orilla. Lo mejor es bañarse en el río Nápo y caminar por su playas. Ya sé que el mayor o casi ùnico  ingreso para estas comunidades es por el turismo, pero existen otras opciones, otros planes, y si el que llega no paga por lo que ofrecen pues ya deberían buscar nuevas ideas, porque lo que muestran es una puesta en escena donde los actores se ven cansados de estar en ese papel. 

En  mitad de semana nos quedamos en casa para ayudar ya que al medio dìa llegan alrededor de 20 niños  entre los 3 y los 16 años para almorzar, hacer tareas, les dan clases de  inglès y luego mi parte favorita:  a jugar!!!! , luego de este tiempo los llaman para lo que dijo Marcela "enseñarles  el verdadero camino", a veces algunos se quedan  horas  y horas mas tarde compartiendo la ùnica bicicleta del lugar. Ese dìa Pablo viajò a Quito para llevar al aeropuerto a  la hermana de Alcira quièn es misionera en India desde hace muchos años,  una mujer de carácter, sincera y en su rostro quedan algunos vestigios de lo que fuè un cáncer, y es tanta su sinceridad que hasta me pareció un "sincericidio"  su respuesta a mi pregunta de como es el  trabajo de misionera en un paìs  en el que convergen tantas religiones y con tanto gurù espiritual?"   y su respuesta: "es muy fàcil ya que trabajo  en un centro de mujeres que llegan a este lugar porque han sido dejadas por sus familias, son mujeres maltratadas, escapando de un matrimonio arreglado, sin educaciòn, y que se sienten sin amor propio ya que en la India son rechazadas si no tiene un hombre a su lado, así que cuando llegamos a ellas no tiene nada, ni esperanza". 
Sin importar lo diferente de nuestras razones, de nuestras creencias, y nuestras miradas, pues habìa que disfrutar de lo que estaba viviendo allì, aprender  de los niños que juegan en el gran patio de la casa, de Antonia la vecina que  insistía en enseñarnos quechua, y de Alcira que a pesar de los años sigue conservando una inocencia infantil, iba a llenarme de esos momentos, sin juzgar, sin juzgar.... estaba en su casa, y  nos abrieron las puertas... pero no pude contenerme cuando dijeron que Correa "abusa" de la poblaciòn con sus planes  de $50 mensuales, y esto lo he escuchado muchas veces : las adolescentes se embarazan por recibir ese dinero, eso se lo gastan en licor, para que les dan computadoras, para que hicieron un hospital tan grande si hay tan pocos mèdicos, escuche una y otras vez crìticas a los planes sociales que reciben los de la comunidad en la que ellos mismos trabajan. Me quedè con la sensación de ver una que otra contradicción allì...

Vieron La Laguna Azul? ... bueno yo no, pero fuimos a un lugar llamado asì... (jà),  para ir tomamos un bus hasta Tala, allì tuvimos que tomar un taxi, porque nadie nos quiso llevar, la primera vez haciendo auto-stop para mi vieja, pero no nos funcionò, asì que lo màs fàcil era pagar el transporte hasta allì. La entrada es a un bajo costo, caminas unos pocos metros  y ya escuchas la fuerza con la que baja el rìo Negro, estuvimos largo rato allì contemplado el paisaje,  y luego  Pablo nos llevo a lo que el llama "la piscina" (ojo cachacos, no confundirse!), una pequeña caminata, y  atravesar el rio por una parte tranquila,  mi vieja no llevo nada para cambiarse asì estuvo todo el dìa con la ropa mojada hasta la cintura, allì podrìa quedarme para siempre!!!  cascadas, piscinas naturales,  grandes rocas, y alrededor verde, verde, y mas verde, pero despuès de un rato Pablo nos aviso que debìamos  ir saliendo para ver si conseguíamos  transporte. Esperamos un buen rato en la puerta de entrada hasta que decidios ir caminado, y caminando y caminando y caminando, hasta que una camioneta que ya venia trayendo gente nos llevo hasta un punto, ellos iban  hasta  la "orquidea", un vivero especializado en orquídeas, que por cierto crecen por todo el camino, nos bajamos en ese lugar, caminamos unos pocos metros màs y en el siguiente auto que pasò subimos a mi vieja, recomendadisìma para que la dejaràn en la Y del Tala. Mientras se hace este camino de la laguna al Tala, se pasan por varias cascadas, se ve la montaña cerrada por la vegetaciòn, se ve un puente colgante de varios metros que estoy segura no pasarìa, canto  de pajàros que no logro distinguir y que Pablo enumera uno a uno segùn se van escuchando. Este camino me recordò a uno de Bolivìa, dònde un tucàn paso volando frente a mì y me sentì en un cuento, pero ese y este camino son reales, los caminè y los caminarìa de subida de bajada, obviando el puente colgante!!! 

En esta selva lo ùnico pequeño son los mosquitos llamados "arenillas", no se ven, solo sè de su existencia por las marcas que dejaron en mis piernas, pero  una tarde mientras  hablàbamos, volò sobre nosotras  lo que creìamos era un murcièlago, y Alcira con todo un esfuerzo visible alcanzò a golpearlo y cuando cayò al piso quedamos asombradas del tamaño de cucaracha, puuuffff.... lo lanzò fuera de la casa, y allì duro dìas y dìas,  hasta que las hormigas terminaron de llevarse la ùltima de sus partes

"Los cristianos no bebemos pero comemoooos" dijo Pablo mientras preparaba maito de tilapia a la parrilla; tilapia es el pez de la regiòn, es muy econòmico, muy rico y los venden en todas esquinas, los mantienen en unos acuarios gigantes, y se elige el que màs  guste, se acompaña con chifles, ensalada y  yuca, que por cierto cosechamos del patio de Pablo. La comida es un punto de encuentro con el otro, y  cada comida era un gran momento con esta familia, hicieron todo para que probraramos varios de los platos ecuatorianos, y mi vieja en agradecimiento preparò uno de  los platos colombianos: sopa de plàtano, y   todo lo que se hiciera en la cocina de esta casa era un placer, la ventana alta y ancha, dejaba ver las montanas y el "tràfico" de pàjaros volando de lado a lado, el àrbol de plàtano,  las guabas largas sobresaliendo, y el olor de las frutas, de la tierra, del calor, de la lluvia  que  amenazò por varios dìas hasta que finalmente y como despedida solto su carga de tormenta tròpical la noche que salimos de Tena para regresar a Quito
 

 

martes, 8 de marzo de 2016

Quito



"Mantengan una luz encendida que siempre voy a volver" 
Oswaldo Guayasamìn


El jueves que salimos rumbo a Ecuador conocimos a Mónica, entre buses, colectivos, sellados de pasaportes y compra de dólares, pues no queda más que hablar con otros, y ahí estaba ella, la caleña emprendiendo su viaje mochilero, en Quito se encontraría con su amiga sueca, y como nosotras también teníamos ese rumbo, pues viajamos juntas desde Ipiales  hasta el centro de Quito, compartiendo taxi desde la terminal, y como a nosotras el hotel nos cerró la reservación pues encontramos uno a unas cuadras del suyo, del que salimos corriendo a la mañana siguiente, para encontrar el Gran Hotel, como dicen por ahí, "atendido por su propietario", una familia muy particular, y cuyo restaurante del mismo era atendido por otra familia pero esta de venezolanos, unos de los tantos que están llegando a Ecuador para dolarizarse. Esa primera noche en Quito cenamos comida china a muy buen precio,  también en compañía de Mónica, quién olvido parte de su equipaje en la flota, aún no sé si logro recuperarlo pero creo que no... 

Hace unos años estuve en Quito, pasé dos o tres noches de quince días, el resto lo pase en una larga caminata por las montañas, así que esta era mi oportunidad para conocer mejor la ciudad y para hacer "mero" turismo con mi vieja, y empezamos por ir a la mitad del mundo, y queda exactamente allí -en la mitad del mundo- para llegar tomamos dos troles y un colectivo y por esos días Quito parecía el planeta más cercano al sol, y quiero contar aquí a mis queridos compatriotas cachacos que existe algo peor que el transmilenio, sí ... El trolebús en Quito... Los que conocen saben a qué me refiero! 

Al llegar al destino final, encontré que junto a las instalaciones del famoso monumento a la mitad del mundo, está el edificio de la Unasur, y justo a la entrada está una estatua de Néstor Kirchner, y tuve que esperar un buen rato para poder tomar la respectiva foto, y se siente una tremenda alegrìa cuando te encuentras hasta con quince de diferentes nacionalidades con mucho en comùn; siguiendo con lo del edificio de Unasur, pues  tiene una biblioteca  en la que sobresale una gran colección de literatura infantil. 

Aquí, justo en la entrada al monumento a la mitad del mundo, comenzábamos  a estar "adolaridas" , es que  con un cambio a $3400, pues comienzas hacer cuentas, sumar, restar y multiplicar y pucha!, así no queda otra que tomar la entrada mas económica. Con  algunos lugares  que visito  me queda una piquiña molesta, demasiado turista, las típicas fotos de la gente queriendo ser mas grande que el monumento de 30 metros que tiene al frente, y bueno todos esos detalles con los que no me siento identificada, aunque a veces pase mi propio límite. Pero  esa entrada que tomamos era justa para lo que queríamos hacer,  no necesitábamos ver los experimentos del agua correr para el otro lado, y menos subir a  la punta del monumento, pues  en menos de una hora, y en el mismo lugar y por $4 dólares, fuímos al Pululahua, un lugar deslumbrante, un volcán que dicen inactivo pero los estudios dicen que ha tenido actividad  no frecuente durante los ùltimos años, con la última erupción hace miles de años el cràter quedò convertido en un  valle hùmedecido por la constante niebla, y es uno de los dos únicos cràteres habitados en el mundo, allì viven  unas 100 familias, una comunidad agrícola ya que el suelo allì es bastante fèrtil, hay luz, pero el agua es por  recolección, ya no hay escuela ni hospital,  dicen que las personas de este lugar no se enferman y no hay escuela porque niños no hay, la poblaciòn supera los 65 años, y por supuesto hay una que otra finca de algùn adinerado de ciudad, pero es que este es un lugar para explorar.

El dìa despuès de la mitad del mundo, subimos al barrio miraflores, al final de la calle esta La Capilla del hombre, construida por iniciativa de Oswaldo Guayasamìn, como un homenaje al hombre, al lado esta la casa  en la que viviò el artista, y esta casa es todo un museo de arte, Guayasamìn no era una persona creyente, pero encontraba gran fascinación por el arte religioso,  así que la colecciòn se basa en el arte de la escuela quiteña. Y con todo el gusto de artista pues este lugar es una combinaciòn del punto estratégico en el que esta ubicado, la arquitectura de la capilla del hombre, la casa  estilo tradicional diseñada por el mismo  Guayasamìn, la colecciòn de arte precolombino, las esculturas que rodean la casa, su taller, el pino que el mismo sembrò y en el que ahora reposan  sus cenizas junto con las de su intìmo amigo Jorge Enrique Adoum - años mas tarde se le llamó "Arbol de la vida"-  los jardines  dònde se encontraron vestigios arqueológicos preincaicos.  Si este lugar no te despierta  sensibilidad  estas escapando del cementerio porque no hay forma de no sentir a Guayasamìn sentado al lado tuyo cuando estas mirando "Playa Giròn", o sentir  la tristeza en sus ojos en el  autoretrato, o la fuerza del mural "El Toro y el còndor", imposible no sentirlo, y por eso allì mi vieja me abrazo  y llorando me agradecido por llevarla a conocer este lugar y a conocer un poco de Guayasamìn.
Ya con el corazòn en la mano nos fuìmos a comer al mercado santo domingo un plato bien quiteño, con jugo de  tamarindo, y así hinchadas   por las emociones y con el estòmago lleno nos fuimos a dormir haciendo recuento del dìa. 

Despuès de este lugar ya nada es igual, y hasta mas observadora estaba mi vieja,  y era ella ya quièn me mostraba detalles de la arquitectura de la ciudad, o las raras formas en lo alto de las torres de la basìlica, y para pasar el ùltimo dìa antes de salir rumbo a Tena, la ùltima ciudad antes de entrar a la selva ecuatoriana, pues  subimos al mirador  dònde esta la virgen del Panecillo a ver desde lo alto la ciudad en domingo. 

Despuès de una semana en Tena, volvimos a Quito, viajarìamos ese mismo dìa pero no me diò el cuerpo, el viaje de madrugada no fuè lo mejor, dicen que con el frìo las venas se cierran, y fuè como una pequeña muerte, quiero dejar claro que hasta ahora Ecuador es uno de los peores en servicio de transporte terrestre, y mientras trataba de dormir en una silla muy incòmoda, comenzaron los escalofrìos, las naùseas, el dolor de cabeza, dolor de estòmago, transpiraba, y hasta lleguè a pensar que el sika estaba incubando, y pensé en el fin del viaje, y fuè una impotencia con resignaciòn,  al llegar a la ciudad estaba mucho mejor, pero necesitaba descansar,  aunque esta idea no duró mucho porque al llegar al hotel y con un buen duchazo a la calle nuevamente, y asì caminado como quièn no quiere, nos encontramos con el cambio de guardia en la Plaza de la Independencia y un sonriente Correa saludando,  y allì sentaditas frente al Palacio de Carondelet le avivamos  con las tres chilenas, y la mujer que lleva a su madre en silla de ruedas todos los lunes para que salude a Correra, y dice que no  faltarà ningùn lunes mientras este allà arriba saludando su presidente, y las chilenas ultracorreistas se despidieron con tremendo abrazo diciendo : "Hasta la pròxima plaza hermanas colombianas"   

Y  quièn no se emociona con tanto abrazo, tanto amor, tanto pueblo...

jueves, 3 de marzo de 2016

Valle de Sibundoy

Uno de los días en Pasto lo dejamos para ir al Valle de Sibundoy en el Putumayo, inicialmente yo quería pasar algunas noches en este lugar, pero al enterarnos que tendríamos hospedaje en Pasto pues haríamos base allí, para luego  salir a recorrer.
El camino para entrar al Putumayo se hace por el mismo hacia La Cocha, y era como un deja vú ir por allí, lo mismo, cielo gris, frío, nubes insinuantes en la punta de las montañas. 
Para mi sorpresa el camino está en muy buenas condiciones, y a pesar de la neblina el paisaje es increíble. Inicialmente nos habían dicho que eran dos horas de camino, en Colombia por lo general las distancias no se miden en kilómetros sino en tiempo; pero estando ya sentadas en el colectivo escucho a una niña que le dice a su padre que a las 3 pm estaríamos  llegando... Oh oh me digo yo, así que pregunto de vuelta a la niña, a que hora llegamos a Sibundoy? Y es la misma respuesta : a las tres de la tarde.... Eran las 11: 45....
No quedaba otra que " tomarla con su avena", así que a esperar!
Cuando llegamos a San Francisco vi que estaban de carnaval, y quise quedarme allí, pero cuando comencé a ver a la mitad de la población borracha, pues desistí y seguimos de largo. Finalmente en Sibundoy, almorzamos y caminamos el pueblo, y veía de lejos las montañas cerradas, cuanto verde de selva baja,  el frío y la húmedad, una feria artesanal con miles de artículos "made in china", gringos paseándose por el pueblo llevando en sus cabezas vinchas indígenas, motos por todos lados, demasiado comercio,  un borracho hablándole a un mural en el que estaba pintando un cacique indígena, una casa cultural con una colección de películas colombianas y cine arte Latinoaméricano, una plaza de mercado solitaria,y ya mareadas de dar vueltas y decepcionadas por lo que encontramos pues decidimos pegar la vuelta a la ciudad.
Quizás era inocente de mi parte pensar que iba a encontrar una población netamente indígena, y pura en sus costumbres, y alejada del marketing,  lo más probable es que lo que yo estaba buscando está adentro, mucho más adentro, en esas montañas cerradas que se tomó la guerrilla como propias, no sé a cuántos kilómetros de esta población esté la primera comunidad  y ya no me interesó, pero lo que estaba buscando allí no se dejo ver  en este viaje, quizás sea en unos años.
Así que ahí no más nos tomamos el siguiente colectivo a Pasto, y como si la vida quisiera recompensarnos, la neblina que se le insinuaba tímidamente a las montañas comenzó a dispersarse hasta finalmente desvanecerse y así tan fácil vimos el paisaje que de ida fue imposible, no puedo describir, soy corta de palabras creo, y estas son mis primeras historias, así que no es fácil pasar a describir lo hermoso, pero sí pueden ir en vehículo propio para poder parar donde se les cante , pues que nada los detenga,  van amar este paisaje. Y doble satisfacción pues desde lo alto pudimos ver La Cocha tal cual como me la habían pintado, y sí, es  hermosa, y sí, es enorme y sí, se ve poderosa...

Como la voz del GPS, " Recalculando"... Pues en esas estoy ahora, en Perú, todavía contando de Colombia, después de pasar por Ecuador y conocer un poco de su selva, y debatiendo interiormente ya que allí por  momentos sentí lo mismo que en Sibundoy...

Bueno...  La próxima se viene ya el camino para entrar a Ecuador....


martes, 23 de febrero de 2016

Achichay!!!!

"Morasurco nublado pastuso mojado"

El Morasurco es un volcán inactivo que por su color se asemeja a un cultivo de moras ,   se encuentra frente al volcàn Galeras, activo y con mayor reporte  de erupciones importantes del siglo XVI  y en el medio de estos dos la ciudad de Pasto. Nosotras dormíamos en las faldas del Galeras, en la casa de Sonia y Rafael. Ese domingo nos esperaban a las diez de la mañana pero para ser domingo fuimos bastante desubicadas al llamarlos recièn llegados a su ciudad, despuès de un viaje por carretera muy colombiano, aquì el destino comenzaba a  probarnos. Salimos de la terminal de Cali, a la cual llegamos a último momento, confiada en las palabras de los caleños, asegurándonos que no era necesario comprar tíquete o pasaje con anticipación, y yo (digo "yo" porqué mi mamá ante cualquier pregunta responde siempre con un "usted es la que decide")  entre inocente y tonta comprando pasaje 5 minutos antes de salir  la última flota, y entre "selfies" abrazos y risas, nos despedimos de mi primo, y partimos rumbo a Pasto en una flota que nos pintaron como de última generación, con wi-fi, con refriguerio, y súper cómoda y nos estrellamos con una incomoda silla hasta para alguien de mi tamaño, Internet no había porque el amable ayudante dijo que estaban sin megas, y el refriguerio pues lo probamos días y días más tarde y fué lo mejor de nos brindó la famosa Transipiales. Después de dos horas de recorrido, la flota hace un pare, se bajan ayudante y conductor, pasan díez, veinte, treinta minutos, la flota sigue encendida pero ninguno de los dos anteriores aparece, hasta que todo se apaga, vehículo, luces y por supuesto el aire acondicionado para los 40 pasajeros, y sigue pasando el tiempo, todos somos educados, nadie se queja, todos asomamos de vez en cuando nuestras cabezas por las ventanas mirando para lado y lado, pero no aparece ni ayudante ni conductor, hasta que pasada la hora y quince minutos salen de una casa dos metros más allá de donde estaba estacionado el vehículo, con palillo en la boca y servilleta en mano,  así sin más, ayudante y conductor han parado frente a la casa de alguno a cenar y se han tomado su tiempo... Está es mi Colombia carajo!!! Algunos kilómetros más abajo vuelve a quedarse cuarenta minutos en un solo lugar de la ruta, algunos dicen que es un trancón, otro dice que es la guerrilla que sale a esa hora, otro dice que ahora están desayunando,  resumiendo no sé cómo hizo el conductor luego de estas paradas sin explicación pero llegamos a destino a la hora que nos habían informado : siete de la mañana!
Pasto nos recibe con una mañana lluviosa, lo que es frecuente en este lugar, pero aquì llevaban meses azotados por el sol, y asì este haciendo "achichay" (que frìo) o "achichuca" (que calor),  en mi paìs es una muestra de afecto brindar un "tintico"   seguido de otro, desde la puerta de su casa  Sonia y su familia nos hicieron sentir como en casa, hasta quisimos "nacionalizarnos" pastusas gracias a ellos, pero lamentablemente no pasamos la pruéba de  comer "cuy" asado y por ahora seguimos siendo "rolas". La niña Catalina, la hija menor de Sonia y Rafael, nos dejó su habitación con peluches, esquelas, y cartas de amistad, para nosotras dos, y ella se fué a ser niña  mimada durmiendo al lado de sus padres, quienes estuvieron muy aliviados en recuperar su espacio cuando  nos fuimos, claro que que la dicha les duró poco, ya que esa misma mañana llegaban parientes de Esmeraldas para ese fin de semana celebrar el cumpleaños número 80 de la madre de Rafael.
Ese domingo,  Sonia y Catalina, nos llevaron a hacer turismos "religioso" por la ciudad, cabe decir que Nariño es centro cultural y religioso, por lo tanto en su ciudad capital existe una iglesia por cuadra, y así comenzamos por conocer a la"ciudad sorpresa". Yo no estaba muy interesada en el tema de conocer  todas las iglesias de Pasto, pero le ví a mi mamá cara de que si, y como Sonia y Flia son muy católicos y  eran mayoría, pues  nos fuìmos las cuatro a conocer las iglesias, una a una,  y fuè una verdadera sorpresa para mì encontrar tan bella  arquitectura, sus diseños de vitrales, y las baldosas  super  coloridas y como en la mayoría de  países en Latinoamérica,  en Colombia existe un sincretismo cultural y  religioso, y en Pasto fué muy palpable. Al mediodía nos llevaron a la Iglesia de San Juan,no soy católica, no soy religiosa y cuando se lo dije a  Sonia, ella sonrió y me dijo que me gustaría la misa de esa iglesia, y la verdad debo decir que si me emocionó, primero el lugar  no es muy grande comparado con las anteriores iglesias visitadas, segundo la cantidad de personas llegando, tercero la iglesia está casi toda recubierta en madera tallada, con una mezcla de motivos coloniales e indígenas, y cuarto al comenzar la misa mis ojos se iban de lado a lado buscando de donde venía la música y sobre todo si era en vivo, hasta que Catalina me indicó  el lugar donde estaban los músicos,  jóvenes y ancianos tocando todos instrumentos andinos, cantando en una mezcla de quichua y español,  cuando el sacerdote hablaba música y gente paraba, luego cuando era el turno de la música todo se escuchaba  más fuerte, y  varias personas salían al frente a danzar lo que para mí era representaba una  danza al sol escondido en una alabanza a un dios implantado. 
Luego de este tour, buscamos un lugar tranquilo para tomar el cuarto o quinto tinto del dìa, y como era domingo pues tuvimos que esperar hasta la casa, pero aprovechamos para ir a comprar el famoso pan de suelo, hecho en horno como los de campo  pero  este estaba en la mitad de un patio de una casa de ciudad. 
Tenìa pensado visitar muchos lugares alrededor de Pasto, pero estos lugares exigían largas caminatas,  y no querìa irme y dejar a mi vieja haciendo sola visita,  y sumemos que no paro de llover en los cuatro dìas que visitamos Pasto. Asì que fuìmos a los mas cercanos, La Cocha en quechua,  laguna en español, el pueblo pintoresto, casa en madera pintadas en vivos colores, fueron los que cambiaron el color del dìa, pues  podìamos tocar la niebla, el color del agua no era el de las fotos, no era "como me la habìan pintado" decimos por aqui, y como la estaban drenando pues el agua estaba amarronada, pero como somos arriesgadas, decidimos subirnos a una lancha  para pasar a la isla La Corota, y sin llegar a la mitad del recorrido se apagò el motor de la lancha, no nos habìan dado chalecos "salvavidas" y de pronto comienzo a ver como la punta de la lancha esta al mismo nivel del agua, y visualizando mi futuro, - el màs pròximo -   este no era nada alentador, entrè en pànico gritándole al hombre para que nos regrese a la orilla de inmediato, mi vieja me mira desconcertada y me dice tranquilamente "tiene miedo?" y yo tengo una revuelo de pensamientos, entre que el mar me quiso llevar una vez en Venezuela y que mi vieja nada mucho pero mucho mejor que yo.... 
Como esta salida fuè medio frustante, sobre todo porque mi vieja en todo el camino de vuelta a la ciudad no hace sino reirse de mì, pues decido, ya que soy yo quièn toma las decisiones (jaaaaa) que esa misma tarde nos vamos a ver otra iglesia, el Santuario de las Lajas, a 89 km de Pasto,  ubicado en un cañòn  y con un estilo neogòtico, desde su base hasta su torre mide 100 metros, y el puente mide 50 metros, dentro de la iglesia se filtran las luces de colores que proyectan los mosaicos en fibra de vidrio, cuando llegamos a su entrada es justo la hora de la misa, y mi vieja quiere entrar y la acompaño, y allì me encuentro con  variados grupos de turistas, y de locales, y de estos ùltimos resaltan una abuela con su  nieta, quien corre y grita emocionada por toda la iglesia y detràs de ella la anciana atajàndola felìz, cuando todo termina me acerco tìmida a su juego, y  para mi sorpresa es la anciana quièn me invita a seguirlas, y corremos las tres entre sonrisas y juegos. Ofelia dice que se llama y que la nena es una nieta melliza, la otra se la han llevado a ver al padre. Cuando nuestro juego termina se despide y sin pensarlo sube rápidamente las escaleras que llevan a lo que es la entrada,  hasta donde llegan los autos, y lo que nosotras hacemos en 10 minutos ella y su nieta lo hacen en tres. 
Pero mi decisiòn de ir esa misma tarde a este lugar era para ver la cara de vieja, y "curarle la panza", pues el camino hasta Ipiales es por montaña. curvas y mas curvas, y cada vez que quiso mirar por la ventana se encontrò con abismos, y ella regresaba su mirada asustada y bajaba la cabeza, pero despuès para hacerse la fuerte dijo que  había valido la pena el susto, solo por ver esa colchita de retazos verdes en esas montañas del sur del paìs. 
Sonia es descendiente de los "Quillacingas"  (señores de la luna), es pequeña como yo, pero es tremenda guerrera, su caminar es rápido, su mirada dulce, y sus manos son laboriosas, y entiendo perfectamente cuando  me dice que las mujeres de su lugar son valientes ya que fueron ellas quienes enfrentaron las batallas contra españoles cuando la población masculina estaba en las montañas o casi exterminada, y fuè gracias al indio Agustìn Agualongo - para unos caudillo para otros un traidor -  què los pastusos se ganaron el mote de "lentos" o "tontos", pero esto está lejos de ser verdad, y  el que quiera comprobarlo tiene que hacerlo en vivo y en directo  recorriendo Nariño. 

Pasados por agua fueron los dìas en Pasto, pero eso no era motivo para dejar los colores de lado, y como llegamos unos cuantos dìas despuès del carnaval de blancos y negros pues no habia otra que ir a visitar Corpocarnaval, y ni aùn asì se pueden revivir esos primeros dìas de enero que vive Pasto,  pero igual nos emocionó ver las carrozas, pero mas que emociòn era admiraciòn creo, si no pues ahí les va una foto... 






 Este festival se inicia por los años 20, cuando la familia Catañeda entro a la ciudad por la vìa principal del momento en un carro, carroza, zorra, con todo un trasteo encima, de allí viene el hacer las carrozas gigantes, y lo de blancos y negros, es porque la Sra Castañeda venìa proveniente del norte del paìs con los negros que hasta hacia unos meses eran sus esclavos y ella los dejaba  libres y venìan a instalarse en la costa  sur del pacífico colombiano. 

Tanta historia que tiene Nariño, ah!  me entere que mis paisanos no están , muy de acuerdo con el nombre que se le ha dado a su departamento o provincia, "Nariño", pero no han podido hacer nada al respecto. 

Pasto y sus iglesias, sus museos, sus exposiciones de pintura encontradas al azar, "Juan pescado" y sus delicias, el pan de suelo, las empandas domingueras de Sonia, el pollo y salida nocturna con la familia para ver las luces de la ciudad como despedida, encuentros con personajes del pasado en medio de un mercado y un pedido de perdòn, una de las casas mas antiguas de Colombia que en su tiempo la uso Bolívar para "sus canitas al aire", cuyes asados a orillas del camino, espesa neblina, las conversaciones con Rafael, el mito de la Tuturumana, el maestro Zambrano, el Galeras que no se dejo ver  y siempre las ganas de volver... 

Pasto, "La ciudad sorpresa"