jueves, 3 de marzo de 2016

Valle de Sibundoy

Uno de los días en Pasto lo dejamos para ir al Valle de Sibundoy en el Putumayo, inicialmente yo quería pasar algunas noches en este lugar, pero al enterarnos que tendríamos hospedaje en Pasto pues haríamos base allí, para luego  salir a recorrer.
El camino para entrar al Putumayo se hace por el mismo hacia La Cocha, y era como un deja vú ir por allí, lo mismo, cielo gris, frío, nubes insinuantes en la punta de las montañas. 
Para mi sorpresa el camino está en muy buenas condiciones, y a pesar de la neblina el paisaje es increíble. Inicialmente nos habían dicho que eran dos horas de camino, en Colombia por lo general las distancias no se miden en kilómetros sino en tiempo; pero estando ya sentadas en el colectivo escucho a una niña que le dice a su padre que a las 3 pm estaríamos  llegando... Oh oh me digo yo, así que pregunto de vuelta a la niña, a que hora llegamos a Sibundoy? Y es la misma respuesta : a las tres de la tarde.... Eran las 11: 45....
No quedaba otra que " tomarla con su avena", así que a esperar!
Cuando llegamos a San Francisco vi que estaban de carnaval, y quise quedarme allí, pero cuando comencé a ver a la mitad de la población borracha, pues desistí y seguimos de largo. Finalmente en Sibundoy, almorzamos y caminamos el pueblo, y veía de lejos las montañas cerradas, cuanto verde de selva baja,  el frío y la húmedad, una feria artesanal con miles de artículos "made in china", gringos paseándose por el pueblo llevando en sus cabezas vinchas indígenas, motos por todos lados, demasiado comercio,  un borracho hablándole a un mural en el que estaba pintando un cacique indígena, una casa cultural con una colección de películas colombianas y cine arte Latinoaméricano, una plaza de mercado solitaria,y ya mareadas de dar vueltas y decepcionadas por lo que encontramos pues decidimos pegar la vuelta a la ciudad.
Quizás era inocente de mi parte pensar que iba a encontrar una población netamente indígena, y pura en sus costumbres, y alejada del marketing,  lo más probable es que lo que yo estaba buscando está adentro, mucho más adentro, en esas montañas cerradas que se tomó la guerrilla como propias, no sé a cuántos kilómetros de esta población esté la primera comunidad  y ya no me interesó, pero lo que estaba buscando allí no se dejo ver  en este viaje, quizás sea en unos años.
Así que ahí no más nos tomamos el siguiente colectivo a Pasto, y como si la vida quisiera recompensarnos, la neblina que se le insinuaba tímidamente a las montañas comenzó a dispersarse hasta finalmente desvanecerse y así tan fácil vimos el paisaje que de ida fue imposible, no puedo describir, soy corta de palabras creo, y estas son mis primeras historias, así que no es fácil pasar a describir lo hermoso, pero sí pueden ir en vehículo propio para poder parar donde se les cante , pues que nada los detenga,  van amar este paisaje. Y doble satisfacción pues desde lo alto pudimos ver La Cocha tal cual como me la habían pintado, y sí, es  hermosa, y sí, es enorme y sí, se ve poderosa...

Como la voz del GPS, " Recalculando"... Pues en esas estoy ahora, en Perú, todavía contando de Colombia, después de pasar por Ecuador y conocer un poco de su selva, y debatiendo interiormente ya que allí por  momentos sentí lo mismo que en Sibundoy...

Bueno...  La próxima se viene ya el camino para entrar a Ecuador....


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